Cuando un día, sin ningún motivo, piensas en esa persona y se te dibuja una sonrisa en la cara; o cuando, al pasar las horas o los días, sientes que le echas de menos, que añoras esos momentos juntos. Cuando te das cuenta de que te gustaría estar con él; cuando deseas sentir su contacto, escuchar su voz; cuando la certeza de que le verás o sabrás de él hace que te corran mariposas por el estómago; cuando al mirarle te brillan los ojos y el corazón te da un brinco; cuando al estar junto a esa persona, de repente sientes el impulso irresistible de protegerle, de darle cariño, de brindarle lo mejor de ti; cuando te encuentras pensando que todos los futuros problemas que puedan venir serán menores con esa persona a tu lado; cuando por y gracias a ella, sientes que eres capaz de comerte el mundo; cuando la idea de que no esté nunca más contigo te quiebra el corazón...
Entonces es cuando puedes decir que estás enamorada
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